El cartel que dará imagen a la 24.ª edición está diseñado por la ilustradora y pintora madrileña Clara León, y rinde homenaje a una cineasta pionera en España, la también actriz y bailarina valenciana Elena Cortés Altabas, más conocida como Helena Cortesina.

‘Buscando imágenes evocadoras para el cartel me encontré con la mirada hipnótica de Helena Cortesina. Me recordó a esas mujeres de piel pálida y actitud desafiante que pintaba Klimt, envueltas en telas doradas llenas de ricos detalles y motivos geométricos. En lugar de óleo he utilizado el ordenador para dibujar esta mujer un poco espectral envuelta en un abrigo donde los dibujos geométricos remiten a motivos cinematográficos.

Este cartel es un homenaje a las primeras que osaron dirigir una película en España y que abrieron el camino para las cineastas que llegarían después. Mujeres excepcionales en una industria absolutamente dominada por los hombres.

Helena Cortesina, conocida como la “Venus valenciana», es una de las dos primeras directoras del cine español, que hasta hace poco, habían caído en el olvido. Elena Jordi había rodado Thais en 1918, y cuatro años más tarde Cortesina rodó una única película, Flor de España o La leyenda de un torero. Desgraciadamente no podemos ver ninguna de las dos, ya que no han llegado a nuestros días. Ambas eran actrices de teatro y además protagonizaron y produjeron sendas películas. Ha sido gracias a las crónicas de la época que hemos podido hacernos eco de su trabajo. Tristemente, no es algo inusual, ya que alrededor del 90% del cine que se rodó antes de la guerra civil ha desaparecido.

Barbara Zecchi* divide a nuestras cineastas en cuatro generaciones.
La primera generación sería la de las precursoras, mujeres que solo pudieron a hacer una película, en la que estarían nuestras Elenas. La segunda oleada, la de las pioneras de la cámara, estaría compuesta por mujeres con una trayectoria mucho más consolidada en el mundo del celuloide, como las talentosas Rosario Pi, Ana Mariscal o Margarita Alexandre; directoras que tuvieron que trabajar durante la guerra y la dictadura franquista. La tercera generación, donde estarían las progenitoras (Pilar Miró, Josefina Molina y Cecilia Bartolomé), entre las que se encuentran mujeres que trabajaron durante la Transición. Y una cuarta generación que hace referencia a las directoras actuales, “las primeras que trabajan pudiendo contar y medirse –explícita o implícitamente, consciente o inconscientemente– con sus antepasadas”(Zecchi, 2014).

Vivimos en un mundo donde, históricamente, «lo universal» siempre ha sido lo masculino y el panorama cinematográfico español reflejaba esa falta de presencia femenina. Por eso hay que valorar a esas pocas mujeres que dejaron su huella, porque son una anomalía maravillosa.’

*Barbara Zecchi es especialista en cine feminista, crítica cinematográfica, videoensayista y comisaria de festivales de cine. Ha sido directora del Programa de Estudios Cinematográficos de la Universidad de Massachusetts Amherst. Y actualmente es docente de filología italiana y española del XIX y XX en el Departamento de Lenguas y Literaturas Romances de la Universidad Johns Hopkins. Ha publicado numerosos estudios sobre la mujer y cine contemporáneo, está especializada en cine español e italiano.